
Las crisis o brotes de crecimiento son etapas comunes por las que muchas madres (incluyéndome) y sus bebés pasan durante la lactancia. Sucede cuando al parecer, el bebé no está conforme con la producción de leche.
De repente, el bebé llora y se pone inquieto al pecho (cuando antes no lo hacía) demanda teta más seguido, pero toma por menos tiempo; se enfada, se arquea, se pone rojo, patalea, se desespera y jalonea; parece estar distraído, incómodo e insatisfecho.
Ante esta angustia, caemos en el error de suplementar con leche artificial o incluso suspender la lactancia porque creemos (o nos dicen) que: “El bebé quedó con hambre”
Afortunadamente, la mayoría de los bebés experimentan estas situaciones a una edad similar (a veces) lo que nos permite entender su comportamiento ✔
¿Cuándo se presentan?
1. A los 17-20 días de vida (3 semanas): El bebé ha recuperado su peso al nacimiento y aumenta su demanda de leche, por eso mama sin tregua durante algunos días, para aumentar la producción de su madre. Puede no soltar el pecho durante horas o pedir pecho cada hora, 30 minutos o menos.
2. A las 6 o 7 semanas de vida (mes y medio): De nuevo, el bebé necesita más volumen de leche y sabe perfectamente cómo conseguirlo: ¡Teta y más teta! Y al parecer también se produce un cambio en la composición de la leche (cuyo sabor varía de forma transitoria): tiene un sabor más salado, y a algunos bebés no les gusta el cambio.
Este segundo brote de crecimiento es muchas veces el más fuerte que experimentamos, porque es donde el bebé está inquieto, irritable, llora, se arquea, se pone rojo, hala la teta y busca más producción.
También el bebé comienza a ponerse inquieto antes de quedarse dormido (pelear con el sueño) que aunque la crisis de sueño inicia (en teoría) entre los cuatro y siete meses, hay bebés que pasado el mes de vida, comienzan a luchar contra el sueño y ya no lo concilian tan fácilmente.
Así que, este cambio sumado al brote de crecimiento del mes y medio, es una etapa en donde muchos bebés comienzan a preferir el tetero (si es suplementado) que a la teta, producto de una confusión tetina-pezón.
3. Tres meses: Ya domina el arte de la succión y se distrae muuy fácilmente. Las tomas son cortas (de tres a cinco minutos) y esto lo puede malinterpretar la madre al pensar que ya no tiene leche. Lo que pasa es que el bebé puede vaciar un pecho en cuestión de minutos.
Sumándole que siente los pechos blandos constantemente, comienza también una suplementación sin necesidad.
La buena noticia es que los brotes de crecimiento son transitorios, durarán de 3 a 4 días o hasta a veces una semana. No todos los bebés la padecen o a veces pasan desapercibidas.
¿Cómo superar este brote o crisis de crecimiento, sin afectar la lactancia?
PACIENCIA: Confía en tu instinto y en tu capacidad mamífera. Si venías amamantando con normalidad y tu bebé aumentando de peso, ¿Por qué desconfiar? Son comportamientos naturales del bebé y la producción, si permites que tu bebé siga pegándose a tu pecho a libre demanda (así pelee), aumentará con los días.
Si estás suplementando con biberón y fórmula, debes prestar atención que el tetero no se convierta en protagonista de tu lactancia, ya que el bebé puede comenzar a llorar cuando esté en el pecho y termine suplementado con fórmula. En este caso te recomendaría una Asesoría de Lactancia, para iniciar un proceso de relactación.
Oídos sordos: No faltarán los comentarios como “El bebé quedó con hambre” “Es que tu leche ya no lo llena” . Si ya sabemos el proceso en el que estamos, no necesitará leche adicional. Solo la tuya. De verdad.
En tal caso y para ayudar al aumento de la producción en estos días, puedes realizarte extracciones frecuentes. En este caso también recomiendo un acompañamiento en asesoría de lactancia, para no llegar a una sobre producción o mastitis (además revisar si el extractor que tienes, es el adecuado para ti y para este momento).
Evita suplementar con biberón: En los brotes de crecimiento son cuando más destetes se generan por la confusión tetina-pezón y aquí es cuando se dice que “Es que a mi bebé no le gustó el pecho” y quedamos con esta sensación. Si vienes con lactancia materna exclusiva, ¡Sigue así!
Busca momentos de tranquilidad para lactar: Busca una habitación libre de estímulos y/o distractores; luz tenue y en una posición cómoda, para que ambos estén relajados. Contacto piel con piel. Háblale con amor, practica varias posturas y elige en la que mejor tu bebé se pega. A veces les encanta que mamá camine y los arrulle mientras toman leche.
Pide ayuda: Suelen ser días muy intensos en donde solo podrás estar al tanto de tu bebé. Explícale a tu familia el momento por el que están pasando, para que en vez de cuestionarte a ti y a tu producción, te apoyen, te brinden tranquilidad y amor. ¡Tú también lo necesitas!
Yo también viví estos brotes de crecimiento con mi hija y sé por experiencia propia lo que significa enfrentarlos y superarlos, así que ánimo que SÍ ES POSIBLE!
¿Quieres ver en video cómo es un bebé en un brote de crecimiento? Mira mi post de instagram AQUÍ
Texto por: Sandra Saldaña G.
